lunes, 13 de octubre de 2008

Etapa Nº 4 Guadalupe-Oropesa


Cuando leáis esta crónica ya la estoy escribiendo desde casa. En Oropesa no hay ciber ni posibilidad de meterme en internet.

Tras cenar y hablar con la familia me han dado las 22:30 y me meto en la cama. Todo lo que pueda descansar me vendrá bien.

Esta vez no cojo bien el sueño. Me despierto a las 4 y oigo llover. Que razón tienen los del tiempo. Un 80 % de posibilidades daba. Me duermo otra vez las 6 y sigue lloviendo más. Me empiezan a llegar las dudas de abandonar mi aventura y acabar en Guadalupe y al año que viene terminar mi peregrinación a Arenas. con esta duda, espero que amanezca.

Son las 08:00 toca diana el despertador del móvil, subo la persiana y como no, lluvia. Me pega un bajón. Solo espero que el viento que he tenido estos días no sople con tanta fuerza que unido a la lluvia sería un día muy, muy complicado.


Me visto muy despacio, sin ganas, tras encomendarme al santo, una vez más, decido seguir el viaje. desayuno con un montón de cazadores y emprendo camino, espero no arrepentirme después.

Inicio la jornada extremando la precaución aún más. Me vuelve a la cabeza, las palabras de María (mi mujer), si lo ves mal, te vienes. Aprieto los dientes y sigo. 17 º de temperatura. bajo hasta la gasolinera y tras volver la vista atrás me despido de Guadalupe con su viaducto. Cojo el desvío a Alía. Zona bonita de pinos y robles que unido al olor de la tierra húmeda y los colores ocres del otoño, es una de las mejoras épocas del año. Llego Alía, me sorprende la altura del silo a las afueras. La lluvia cae con fuerza y racheaba el fuerte viento. Zona de olivares muy pequeños en comparación con los de nuestra zona. Un olivo de mi suegro hacen cuatro de éstos. Me resurgen las dudas de seguir. Un vecino me indica que pasaría el bus con destino Madrid, me lo pienso y valoro la posibilidad de cogerlo y enlazar Madrid-Arenas todo por bus. Cuando peor estaba, unos dirán que l santo otros lo que quieran, pero a mí no se que pensar, empieza a clarear y inconscientemente me subo en la bici y prosigo el camino. Todo el día me rondaría la cabeza ese momento de desfallecimiento, pues a partir de ese momento no volvería a llover con fuerza e incluso el aire me entraba de culo. Cosa que en los tres días anteriores siempre, siempre de frente y costado.


Subo con dificultad el puerto de S. Vicente, sobre todo los últimos 2 kilómetros, donde no puedo recuperar. Lo más duro esta hecho, pienso. Una vez arriba cambio de planes, en vez de bajar por Campillo y coger la via verde, me acuerdo de que no llevo linterna y es imposible meterme por esos túneles, seguro llenos de agua y sin luz. Por lo que giro a la izquierda apara bajar a Mohedas, para pasar de zona de pinares a zona de dehesa y abundantes encinas y jarales. Muchas ovejas. Sigue sin llover e incluso quiere aparecer el sol. Me animo y meto desarrollo. Cojo desvío a Aldeanueva de San Bartolme. Por aquí parece que ha llovido menos, alterno zona de llaneo y bajadas por lo que el ritmo aumenta. tras comer algo. Sigo camino a Puente del Arzobispo. Se esta poniendo oscuro pero llego a la Estrella sin novedad. Ya me queda menos, pienso. Tras un breve descanso prosigo camino a Puente que me cuesta menos, salvo un repecho todo es bajada. Apenas 15 km para llegar a Oropesa, el camino me lo conozco de memoria y sé que no es exigente, pero tras los muchos kilómetros acumulados en las piernas, cualquier repecho puedo provocar una pájara. Sigo con la norma que me propuse al inicio de esta aventura, ir un punto por debajo de mis posibilidades, reservar algo para el final.
Por fin, llego a Oropesa, muchas horas de bici, y el cielo muy oscuro (marrón oscuro), fruto del polvo en suspensión procedente de Africa, me enteraría después. Tras una foto en la entrada de Oropesa, bajo hacia el hostal, que esta al lado de la gasolinera. Una larga, larrrga ducha, reposo y noticias a la familia, de que sigo vivo.

Miro el móvil, y lo llevo apagdo todo el día, lo mismo que el gps. Fruto del desánimo del inicio de la etapa. Me acuerdo de esos momentos de fragilidad, saliendo de Alía. Veo que tengo llamadas perdidas, una es de Felipe y tras hablar con él, me ratifica que mañana (domingo) me acompaña en la etapa Oropesa-Arenas. Me alegro un montón, pero me reservo la duda hasta que no lo vea al día siguiente, en ese preciso momento esta cayendo una de impresión en Ororpesa. Me tumbo en la cama y como no, me quedo traspuesto una hora.



Tras el reconfortante descanso subo a Oropesa, esperando no mojarme, para mandaros la crónica y cenar. No consigo conexión a internet y ceno viendo a España. En el descanso bajo al hostal, veo la segunda parte y tras acabar, apago la tele y a dormir.

Mañana, última etapa.

No hay comentarios: